“Cuando orĆ©is decid: “Padre” (Lc 11,2). Los discĆpulos fascinados por las palabras y gestos de JesĆŗs se preguntan: ¿De dĆ³nde le nace tanta vida al Maestro? Por eso le piden que les muestre el manantial que lleva en el interior, que les enseƱe a orar, que les revele “eso” que le lleva a entregar la vida, gratuitamente, por los caminos. Acoge en silencio profundo la palabra mĆ”s bella, mĆ”s entraƱable y mĆ”s nueva que JesĆŗs lleva en su corazĆ³n: ¡Abba! ¿CuĆ”ntas veces has dejado de orar? Por dejadez, desĆ”nimo...hay mil causas. El Padre es bueno, te espera paciente y sabe que en el fondo de tu corazĆ³n anhelas estar cerca de Ćl. Dile confiado: "SeƱor, ensƩƱame a orar" En este mundo a veces tan chato y funesto donde pareces no estar, SeƱor, ensƩƱanos a orar. SĆ, ensƩƱanos a orar, a tener claro y a recordar que somos tuyos y no nuestros. Orar es conectar con la raĆz del ser; es entrar en la onda del Padre, sintonizar con su amor; es
JUANLU, POR AQUELLA EPOCA YO TRABAJABA EN PALOS DE LA FRONTERA COGIENDO FRESAS, TENGO MUY BUENOS RECUERDOS.
ResponderEliminar