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COMENZAMOS

Hoy comienza la Cuaresma, su puerta es la celebración del miércoles de ceniza.
La Iglesia me invita a intensificar mi encuentro con Nuestro Señor Jesucristo.
La Cuaresma es una llamada a revitalizar mi bautismo, mi adhesión a Cristo.
Necesito volver hacia el Señor y romper con el pecado.
Y esto no está en mis fuerza sino en la gracia del que me llama a la Conversión.
Él mismo se empeña en nuestra salvación.

San Ambrosio oraba a Jesús así:

«-Ven, entra, Señor, que tu sirviente te espera
- Si quiero curar mis heridas Tú eres el médico.
- Si ardo de fiebre Tú eres la fuente de aguas frescas.
- Si me deprime la iniquidad Tú eres mi Justicia.
- Si tengo necesitad de ayuda Tú eres mi Fortaleza.
- Si temo la muerte Tú eres la Verdad y la Vida.
- Si deseo el cielo Tú eres el Camino.
- Si busco refugio en las tinieblas Tú eres mi Luz.
- Si busco manjar Tú eres mi Alimento».


X. León Dufour, en su «Vocabulario de Teología Bíblica» enseña de Jesús:

«-La única salvación de la humanidad es Jesús.
-La única riqueza de la Iglesia es Jesús.
-El único poder de que dispone la Iglesia es Jesús.
-Toda la misión de la Iglesia está en hablar en nombre de Jesús.»


El Papa Pablo VI, en la homilía con la que se inauguró la segunda etapa del Concilio Vaticano II, el 29 de septiembre de 1963, en la basílica de San Pedro de Roma, anunció ante la Asamblea ecuménica:

«Cristo, nuestro principio;
Cristo, nuestro camino;
Cristo, nuestro guía;
Cristo, nuestra esperanza;
Cristo, nuestro fin».

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