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Comenzamos un nuevo año

Ha comenzado un nuevo año lleno de esperanza. Cada día es un regalo que se nos hace, y así tendríamos que acogerlo. Pero muchas veces se nos hace pesado los momentos de nuestra existencia. El creer, la fe, es una ayuda para vivir; no entendería mi existencia sin la fe que he recibido en el bautismo. La vida es lo mejor que tenemos, una oportunidad para ser feliz. Ese es nuestro deseo poder alcanzar la felicidad. Es el deseo de todo hombre o mujer que viene a este mundo.
Para uno que es creyente sabe que su ideal de vida es JESÚS DE NAZARET. Dios en Jesús nos ha mostrado lo que quiere de nosotros. Su vida y su mensaje nos esta diciendo que él es el camino verdadero de la vida. Por nuestro bautismo nos configuramos con Cristo. También nosotros somos llamados a ser hijos amados de Dios.
Que importante es ponernos a la escucha del Maestro y abrirle nuestro corazón. Él siempre está ahí esperándonos. Él quiere contar con nosotros para extender su Reino.
Alrededor nuestro hay muchos que nos miran. Estamos llamados a dar lo que hemos recibido. El don de la fe se fortalece dándola no podemos guardarla para nosotros. Como nos recordaba muchas veces Juan Pablo II no tengamos miedo de dar La cara por Cristo.
En estos días tras la celebración festiva de la familia cristiana en Madrid se ha puesto de relieve de nuevo la intransigencia de algunos que no quieren que la Iglesia manifieste su pensamiento sobre cuestiones vitales para el ser humano. Seamos valientes porque como no decía Benedicto XVI al principio del año “quien debilita la familia pone en peligro la paz”. Si nos importa la paz defendamos la familia.
Feliz año nuevo.

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